La infertilidad puede traer consigo disminución del placer sexual

Cuando los problemas para quedarse embarazada se suceden, el futuro que habíamos imaginado se desdibuja, y llega el estrés, el desasosiego, e incluso una disminución del deseo y del placer sexual. Más aún si además el tratamiento va a consistir en relaciones sexuales programadas clínicamente, porque entonces la actividad sexual se centra de algún modo en la producción del bebé, más que en la relación íntima con la otra persona y pierde calidez.

La psicóloga y coordinadora del Grupo de Psicología de la Sociedad Española de Fertilidad, Vicenta Giménez, dice que la infertilidad desestabiliza el equilibrio emocional y de pareja, la autoestima se resiente y pueden surgir sentimientos de culpabilidad y desesperanza. 

Que todo ello pueda suceder y sea habitual no significa que todas las personas que se someten a un tratamiento de reproducción asistida lo sufran o que, al sufrirlo, no sepan gestionar sus emociones y sus vivencias de manera que el proceso se desarrolle con normalidad, con sus dificultades pero sin graves efectos.

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